martes, 18 de noviembre de 2008

Reflejo


Un primer plano del copiloto con el conductor reflejado en sus gafas de sol. También se ven las palmeras de Malibú. Hasta allí nos llevó Andrew, un amigo guionista de Los Angeles. La noche anterior, después de salir de un local a las 2 de la mañana, hora

a la que cierra la noche americana, los amigos con los que íbamos nos condujeron a casa de uno que daba una fiesta. Curiosamente ese uno era Andrew, al que yo conocía de Madrid, había sido uno de mis muchos profesores de inglés. De repente me sentí el chico más popular de Los Angeles. Los amigos americanos con los que íbamos flipaban. ¿Y este desgraciao cómo conoce al que está haciendo la fiesta más molona de la ciudad? De ahí nos fuimos a un casoplón en las colinas de Hollywood. Una piscina y a nuestros pies todo el valle de los Angeles iluminado en su infinitud. Fue otra imagen de película. Y desde ahora otro recuerdo de película.

Mojave


Mi sombra en el desierto de Mojave. (Siempre quise escribir esto) De regreso de Las Vegas, la ciudad más disparate del mundo, y que sólo puede existir en un país tan dado al exceso y sin complejos como Estados Unidos, tuvimos que parar para que el conductor y el copiloto durmieran un ratito la resaca de la noche de casinos en la que no gastamos ni un dolar. Yo, más fresco que una lechuga fresca e inmune al alcohol y al jet lag, me perdí por el desierto (Las Vegas es tan absurda que entre otras cosas está en medio del desierto, en medio de la nada) para sentirme pequeñito ante la inmensidad de esos parajes áridos e infinitos.
Qué conste que no me perdí mucho, siempre tenía de referencia la gasolinera y la estación de servicio en la que habíamos parado. No soy precisamente De la Cuadra Salcedo.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Santos


He aquí una imagen típica de Los Angeles. La saqué mientras ibamos en el red cadillac gigante que tan bien condujo Jose Manuel. En un día se había hecho con las carreteras de la ciudad. Algo que aún me asombra. Y a los tres días ya le discutía a la vocecilla del GPS "Que no, tarada, que nos estás llevando por el camino largo, que te equivocas" Nos comimos atascos varios, viajamos a Las Vegas en coche y cada día haríamos una media de 4 o 5 horas metidos en el lujo rojo, de nombre cadillac, como si fueramos unos angelinos más. Hablando de ángeles. ¿Como un estado tan frívolo puede estar lleno de nombres bíblicos y de santos? Santa Barbara, Santa Mónica, San Diego, San Fernando, San Francisco, Santa Ana, Sacramento...

Good choice


En los aviones hay primera, business y turista. Para viajes cortos es de tontos ir en primera, para viajes largos es de pobres ir en turista. La diferencia entre primera y turista en un viaje largo es fundamental: Los que van en primera reciben más sonrisas por minuto, y cuando las azatas te dan a elegir entre pollo y pescado, o entre pasta y menestra, elijas lo que elijas siempre te responden con esta frase entusiasta: Good choice (Buena elección) Elijas lo que elijas. Si vas en turista, como nosotros, te dan la comida y listo. Esa es la gran diferencia entre turista y primera. Todo lo que digas si has pagado 7000 euros de billete es lo mejor que puedes decir. Si vas en turista mejor no digas nada. También hay otra diferencia, en primera vas recostado en un asiento cama como un principe. En turista, no. Ya nos hubiera gustado ir recostados en esos asientos cama.
Eso sí, una vez que bajamos del avión decidimos llevar una vida de primera. Dispuestos a que todo fueran "good choice". Así que nos quitamos los complejos, nos alquilamos el cadilac más grande y más rojo que encontramos "¿red cadilacc?, good choice, mister montero" y nos instalamos en la pedazo suite que veis en la foto "¿pedazo suite?, good choice, mister montero". Durante una semana vivimos como si hubiéramos conseguido el sueño americano y en la ciudad más apropiada, y que forma parte de nuestro imaginario colectivo, para llevarlo a cabo: L.A. Fue una semana de buenas elecciones. Y curiosamente también allí fue la semana de elecciones. Y decidieron una buena opción, la mejor. The best choice: Obama. Y nosotros lo vivimos en primera persona. Y en primera clase. Un lujo.