Porque en las ciudades hay parques, en las noches libros, música y tal vez caricias, en las cenas vino y amigos, en los días calurosos tardes fresquitas, en la intemperie refugios, en la realidad sueños, en la incertidumbre algún acierto, y en los sueños también alguna que otra realidad.
Y el deseo siempre el deseo. La única ley, ya lo decía Almodóvar, y también Drexler: Deseo, mire donde mire te veo.
1 comentario:
Quizás esos deseos nos hagan sentirnos un poco más vivos por dentro...
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