Leo en El País Semanal, unas cuantas respuestas de escritores a la pregunta: ¿por qué escribes? Y busco entre todos ellos alguna respuesta con la que pueda sentirme próximo. Porque tal vez si coincido con alguna de esas respuestas pueda sentirme escritor. Me encuentro con varias que podría haber firmado yo, aunque nunca al cien por cien. Entre otras cosas todos hablan de una pasión que yo dudo tener. Es cuando llego a la conclusión de que llevo toda la vida escapando. ¿Escapo de todo porque nada me acaba apasionando? ¿O porque me da miedo no estar a al altura? No me dediqué a la fotografía porque no era demasiado bueno, ni a la interpretación porque me faltaba talento, no me dediqué al deporte porque me da la risa sólo de pensarlo, no me dediqué a escribir teatro porque generalmente en el teatro me entra frío, calor o una modorra insoportable, no me dediqué a escribir novelas porque siempre me dio miedo fracasar, no me dediqué a dirigir películas porque sentí que me faltaba algo. Y como había que ganarse la vida, supongo que de alguna manera cogí un poco de todo lo anterior (excepto del deporte) y me convertí casi sin querer en guionista de televisión. Aunque a veces también quiero escapar de eso y cuando tengo algo de dinero ahorrado dimito unos meses de mi profesión. Y me dedico a escapar de otras cosas. Tal vez algún día escapando encuentre el lugar al que pertenezco. O tal vez como dice Roncagliolo en su respuesta a por qué escribe, "la realidad no tenga ningún sentido. Las cosas pasan a tu alrededor de una manera errática, a menudo contradictoria, y un día te mueres" "En cambio en las novelas (...) los personajes se dirigen hacia algún lugar, la gloria, la autodestrucción o la nada" "Escribo historias para inventar algo que tenga sentido"
Tal vez mi insatisfacción siga viniendo de confundir la ficción con la realidad. Debería aceptar de una vez que en la realidad nada tiene sentido, que no vamos hacia ningún lado, que por mucho que me empeñe no puedo dotar de significado a mi yo, porque no soy un personaje. Algún día sin más me moriré.
Tal vez por eso tenga que seguir escapando, y sobre todo seguir escribiendo. Y convertirme así en un escritor que en sus historias ordene el sinsentido de la existencia y las llene de ese significado del que la vida carece.
Sí, habrá que seguir escribiendo.
domingo, 2 de enero de 2011
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1 comentario:
back to the roots! :)
SECIRAN
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