sábado, 28 de junio de 2008

Susana y los polis


Lo se Susana y Mazinger fue amor a primera vista. Ella le protegió de todos los borrachos.

Ah, las New Balance que luzco graciosamente en la foto también fueron un regalo. Haría recuento de ellos si no fuera una vulgaridad solo digna de fisicos o químicos: las susodichas zapatillas, una estupenda orquidea, la noche de hotel, una impresora láser, dvds varios, cds varios, libros varios, muchas camisetas, una camisa, un pantalón corto chulísimo...
Fue como la noche de reyes, pero sin la llegada de los reyes, solo de 6 policías. ¿Seis? ¿Pero realmente qué se pensaban encontrar? Ah, Mazinger salió a saludarlos, para romper la tensión del momento. Eso sí, como los 6 estaban metidos en su papel, ni uno solo lo acarició. Malditos.

Física o química


¿Por qué dos actores de la serie y su guionista sacan y se enseñan la lengua ? Qué se yo, será porque eran las 5 de la mañana de un sábado cumpleañero y la serie para la que trabajan se llama Física o química, que en su nueva temporada estrena canción de cabecera, que desgraciadamente no es de Joaquín Peña, (nuestro músico), y que entre otras lindezas dice "mi saliva en tu saliva" . Qué guarros.
Si es que nos ganamos las críticas a pulso. No aprendemos.

fiesta


Si no acabamos tan borrachos como parece en la foto, fue gracias a los 6 policías que a las 6 de la mañana vinieron a desalojarnos... La proxima semana tenemos reunión de la comunidad de vecinos, espero que no me apedreen... Mazinger se lo pasó en grande, eso sí. Iba de un borracho a otro con una desenvoltura propia de Massiel en una boda.

NY


El artista danés Olafur Eliasson ha instalado varias cascadas artificiales en la ciudad de Nueva York. Las fotos que acabo de ver en El Pais, entre otras una cascada bajo el puente de Brooklyn, son impresionantes. Estarán hasta finales de octubre. Creo que esa será una buena excusa para volver a cruzar el Atlántico y así aceptar la invitación de Anthony de descubrir el otoño en Nueva York, "la unica estación que te falta por conocer, y la mejor para que te reconcilies de una vez con la ciudad" Sólo tendré que decidir qué hago con Mazinger, a quién se lo dejo. Y no va a ser tarea fácil, sobre todo si pienso en lo que me ha costado organizar la escapada de esta noche a uno de los mejores hoteles de la ciudad, el Puerta de América.

Ya que no tengo vacaciones este verano uno de los regalos de mi cumpleaños ha sido una noche en el hotel que más ganas tenía de conocer de Madrid. Cada planta está concebida por un diseñador distinto, y en el atico tienen una piscina con el fondo pintado de negro que refleja el resto de la estancia. Ardo en deseos de bañarme en ese espejo. Pero como os decía, hasta ayer no me di cuenta "del problema Mazinger" ¿lo dejo solo 18 horas? ¿O a quién le endoso el marrón? Jesús salió al rescate. Y se ofreció generosamente a hacerse cargo de él.Desde aquí mil gracias y mi promesa de no endosártelo si consigo irme en octubre a Nueva York.

Ah, en la foto, dos regalos que también me hicieron en la fiesta.

sábado, 21 de junio de 2008

Tonight is the night


Así me ve Juan, sin arrugas y sin canas. En vez de 36 parece que cumpliera 26. Yo estoy encantado, claro, con la visión idílica y prolifting que tiene de mí. Como sabéis mi cumple fue el lunes, pero tonight is the night! Esta noche es la gran fiesta. Después del susto de descubrir ayer que el aire acondicionado no funcionaba, justo ahora que ha llegado el calor, por fin esta tarde he logrado solucionarlo. Llamé a un tecnico de urgencia, la operación fue cara y dolorosa, pero como digo, ahora mismo ya puedo presumir de frío polar en mi casa. Mazinger aún no sabe muy bien qué pensar al respecto. Y más lo flipará esta noche...
Todos los lectores, entre los que se han ido sumando parte de mi familia, qué cosas (yo estoy entre encantado y aturdido), por supuesto estáis más que invitados. Antonio, dueño de Micro, si no tienes plan para esta noche, ya sabes, en le 5 derecha, el portal al lado del tuyo.
Mañana tendré que esconderme de los vecinos, lo sé.

miércoles, 18 de junio de 2008

estos sí son los tulipanes naranjas


En la foto donde hablaba de los tulipanes naranjas, había una orquídea sobre la mesa. Estos sí son los tulipanes naranjas. El florista me preguntó si tenía en casa fanta de limón. Yo le miré extrañado, ¿por qué querrá saber este hombre lo que tengo en la nevera? Me contestó sin necesidad de que se lo preguntara: A los tulipanes naranjas le gusta la fanta de limón.

No están todos los que son


No están todos los que son, pero sí son todos los que están. Estos fueron algunos de los íntimos que me acompañaron en mi cena de cumple. Los otros íntimos estarán el sábado, más bebidos seguramente y mucho más bulliciosos. Tampoco estarán todos, algunos siguen rodando en Malta, otros experimentando en Nueva York, y los demás perdidos sabe dios donde. Los echaré de menos, pero quedará todo el verano para rescatarlos. Nos vemos el sábado. Y espero que Mazinger no se muera del susto.

tulipanes naranjas


Camino descalzo sobre el roble claro que cubre el suelo de mi casa. Hay tulipanes naranjas sobre la mesa nueva de ikea. La luz entra por todos los balcones de la casa. Es una luz de verano, por fin. Across the universe es la peli que veo mientras pienso en cómo mejorar un guión que se me atraganta. Camino descalzo, como un poco de queso de cabra que sobró de la cena de cumpleaños del lunes, a la mierda la dieta, y me siento como en una película de Bertolucci. Este es uno de esos momentos, el personaje que he creado funciona. Yo soy ese personaje, claro. Y en este momento, mi casa, el personaje, Mazinger, todo, me gusta. Y lo disfruto.

lunes, 16 de junio de 2008

41



41. Mazinger me quiere ganar en todo. Yo cumplo 36 y él casi rompe el termómetro con sus 41 de fiebre. Le han dado un chute de antibióticos (la veterinaria ha dicho que con ese nombre de super héroe se recuperará pronto) y ahora me toca a mí cuidarlo toda la semana e irle administrando antibióticos en jarabe. Da una penita verlo... ¿La gente cómo se atreve a tener niños? Si a mí con el chucho se me parte ya el corazón...

domingo, 15 de junio de 2008

Felicidades

Lo mejor de ser mellizo es que nunca te olvidas del día de cumpleaños de tu hermana. Felicidades, Marta!

los lagartos


Los lagartos, que a pesar de ser mellizos siempre fueron conocidos como los gemelos, crecieron sanos y pronto perdieron ese aspecto reptil, como prueba la foto. Eso sí, durante su primera infancia desarrollaron el gusto por matar hormigas y dar volteretas al sol en una colchoneta vieja plantada en la terraza de su casa. (Prueba tal vez de que aún seguía corriendo sangre lagarta por sus venas)
Ah, el lagarto Carlos es el de la izquierda y tal día como hoy, se pasará la celebración de su cumple trabajando y visitando al veterinario, porque Mazinger, lleva dos días tosiendo sin parar y ha amanecido con cara de enfermo y sin ganas de nada, ni de mover el rabo para saludar, ni de asaltar la cama, ni de devorar su desayuno. Ni tan siquiera ha exigido que lo saque de paseo. Su dueño en el 36 cumpleaños está un poco igual, alérgico perdido, sin parar de estornudar, con los labios deshidratados y sin ninguna gana de trabajar. Pero eso sí, esta noche celebrará una cena para los íntimos, para celebrar su cumple y su nueva adquisición, una mesa de comedor que ha comprado para la ocasión. Y con una o dos botellas de un buen vino gallego, y rodeado de amigos, procurará olvidarse de todo, de su alergia y de los 36.

36


Hace 36 años un día como hoy, los chicos de la foto tuvieron mellizos. Una niña y un niño. A la niña la llamaron Marta, al niño Carlos. Creo que fue la tía Dorinda la que sentenció nada más verlos que eran feos como lagartos. Todo ojos, pellejo arrugado y escuchumizados. Faltaban unos años para que esos niños vieran por primera vez, desde esa fascinación absoluta a la que sólo los niños se pueden entregar, la serie japonesa de dibujos animados, Mazinger. Y faltaban unos cuantos más, casi 36, para que el niño, ya con canas en la barba, y con menos aspecto de lagarto, rindiera tributo a los dibujos de su infancia, y nombrara a su perro con el nombre del héroe de metal.

jueves, 12 de junio de 2008

El cómputo de la felicidad


Xacobe me pregunta si no es mucho sacrificio eso de dedicarle una hora y media o dos al perro todos los días. Y si no me quita demasiado tiempo. Para mí el sacrificio sería pasar ese mismo tiempo en el gimnasio o estar hora y media en un atasco o en el metro. Tengo la suerte de trabajar en casa, así que todo ese tiempo es mío y ahora de Mazinger. ¿Un perro es sacrificado? Te exige esa ligera disciplina de sacarlo tres veces al día, sí. ¿Pero dónde está el sacrificio en dar paseos, en verlos correr, jugar, saltar, como Micro en la foto? Es plancentero. Esa hora y media que dedico a algo tan simple como ver a Mazinger jugar mientras charlo de vanalidades con los dueños de los perros,es terapeútico. Es una hora y media de regalo al día. ¿Antes qué hacía con ese tiempo? Como le digo a Xacobe, si en tu día a día no puedes sacar hora y media para ti y para hacer lo que te gusta, algo no funciona del todo bien en tu vida. Esa hora y media ya está en el cómputo de la felicidad de mi día. Por supuesto hay más momentos así, de felicidad, o de estar a gusto y yo, cual avaro Tío Gilito, los atesoro y hago el recuento al llegar la noche. Rosa Estévez, la directora de cásting de mi serie, me decía el otro día que tener un bebé es redescubrir la simplicidad de las cosas, y volver a celebrar las sorpresas de la vida a través de los ojos del niño. No voy a decir que con un perro sea lo mismo, no soy tan tarado, pero algo de esa simplicidad ha traido Mazinger a mi vida. Correr, jugar, devorar la comida, celebrar la llegada del amigo, y ver pasar tranquilamente la tarde mientras te calientas al solecito de la plaza. ¿Quién da más?

martes, 10 de junio de 2008

Otra foto de Tony


Otra foto de Tony, para compensar esa a mala leche que le hice yo al pobre Mazinger y colgué hace unos días, en la que estaba completamente mojado.

Un regalo


La foto me la pasó Antonio, el dueño de Micro, que es el dálmata al que besa Mazinger. La foto es de Tony, un desconocido al que le agradezco mucho este regalo. Así es Mazinger en la plaza. Puede ser un guerrero y también puede ser así, un oso amoroso, de ahí que muchas veces le llamemos mazingeroso. Sí, lo sé, dicen que a los perros hay que ponerles nombres bisilábicos. Pero dicen tantas cosas...
Mi perro se ha ganado a pulso un nombre de 5 sílabas.

lunes, 9 de junio de 2008

¿En qué lado está la pega?


¿En qué lado está la pega? Parece una pregunta metafísica, ¿a qué si? O tal vez la pregunta que uno se hace cuando descubre un chollo de piso, o unos vaqueros demasiado baratos, o un trabajo en el que te ofrecen ganar demasiado dinero. ¿En qué lado está la pega?
Pues no. En esta plaza idílica que contempla Mazinger, si un borracho, uno de los habituales que toma el sol a las 2 de la tarde (los días que hace sol, claro) se acerca a ti y te hace semejante pregunta, se refiere a otra cosa.
¿En qué lado está la pega? Y cuando lo miras con cara extraña, él te señala el papelillo que lleva en las manos y te explica que se ha olvidado las gafas, que lleva un ciego del quince (eso último no necesita explicarlo, se ve y se huele) y que es incapaz de encontrar por sí mismo el lado que pega del papelillo de fumar, y que si eres tan amable y le indicas cuál es, que si el de un lado o el del otro.
Yo que nunca fui capaz de liarme un porro, me quedo con las ganas de explicarle que no soy el más indicado para semejante favor y le contesto un escueto, no. El mismo que le van contestando uno tras otro todos los dueños de perro de la plaza. Hasta que llega un dueño de perro, con pinta más experta que la nuestra, o tal vez, más voluntarioso, y le señala que la pega está por ese lado.
Porque claro, siempre, siempre, hay una pega. En el papelillo, en la vida, incluso en esta plaza.

9 de junio


9 de junio y sigue lloviendo. Si alguien lo duda, este es el aspecto de Mazinger después de su paseo habitual. Hoy me he levantado muy temprano para acabar unas cosillas de curro y desde las siete y cuarto de la mañana Mazinger ha estado mirando con añoranza la plaza y la lluvia a través de los balcones. Con sus gemidos me suplicaba que le bajara. Yo me he resistido y me he mantenido firme hasta las 11 y media. Al ver que escampaba un rato por fin lo he bajado. Él se ha encontrado con sus dos mayores compañeros de juerga, Bax y Luna. Mientras ellos jugaban y se restregaban por el suelo enlodado ajenos completamente al frío y al nuevo chaparrón que ha empezado a caer, los tres dueños les contemplábamos cubiertos por capuchas, tiritando y quejándonos de este junio invernal. Mi capucha era gris, la de Andrei verde, y la de la chica, naranja. No sé por qué dicen que el tiempo está loco, si el refrán se está cumpliendo a raja tabla. Hasta el 40 de mayo...

domingo, 1 de junio de 2008

Vecinos con perro


Andrei, Marisa, Antonio, Miguel, Iván, Marina, Paul... Poco a poco los dueños de los perros de la plaza van teniendo nombre. Y con los nombres también llegan apuntes breves de sus biografías. Es muy agradable ir conociendo a los vecinos sobre todo cuando pienso que si no fuera por Mazinger, yo nunca hubiera cruzado una palabra con ellos. En una edad en la que cada día cuesta más conocer a gente nueva y uno se va quedando además sólo con los amigos esenciales, (pocos, escogidos, imprescindibles) es muy reconfortante empezar a formar parte de este círculo amable e inesperado de vecinos con perro.

Blanco nuclear


Para los que pudieran dudar del blanco nuclear de Mazinger recién bañado. Y para todos aquellos que lo han querido ver blanco pero nunca han llegado a tiempo. Ahora mismo, mientras pasea por la casa, ya está a dos colores, blanco por arriba, negro por abajo.

1 de junio


Mazinger emite tales quejidos y aullidos cuando lo baño, que da la sensación de que lo estuviera torturando. Encima al estar mojado y con el pelo pegado al cuerpo, su indefensión parece mayor y sus ojos más grandes. Ojos que suplican el perdón por esa tortura que no comprende. Yo tengo que endurecer el corazón para que no me afecte su performance y pensar en el gato con botas de Shreck, que ponía también la misma cara de súplica y de lástima, pero era puro teatro. Mazinger dos minutos después del baño ya se ha recuperado de la tortura y busca feliz cualquier rincón sucio de la casa para restregarse y recuperar ese gris que tanto le gusta.
Siempre que lo baño aspiro al menos a que durante 24 horas esté blanco nuclear. Aguanta 10 minutos. Sobre todo cuando lo saco a la calle en un día lluvioso como hoy, cualquiera diría que es 1 de junio. La suerte es que al estar el día tan desapacible apenas había perros con los que pudiera restregarse. Yo, ya que no me podía entretener con él, me he dedicado a comprar el periódico y a observar la fachada de mi casa sin andamios. Ahí, en ese edificio amarillo, vivimos Mazinger y yo. En el quinto. ¿A qué mola?