Aquí estoy, cumpliendo años. Y no sé si como Ortega Cano, estoy en ligera mejoría o en claro retroceso. Va por días, supongo.
Hoy sin duda, después de tanto regalo y de tanta felicitación hay más de mejoría que de retroceso. Y según cuentan los amigos, soy como el vino bueno, dejo resaca después de varios tragos... Ah, no, no era eso... Que mejoro, o algo así.
Yo hoy me miro en el espejo y no me veo mal. Me falta un año para los cuarenta, y va a ser un año intenso e interesante. Todo puede pasar.
Y esa sensación es maravillosa.
Sí, todo puede pasar.
jueves, 16 de junio de 2011
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