miércoles, 16 de julio de 2008

I believe...


"I believe in aristocracy, though... Y, sin embargo, creo en la aristocracia. Si es que es el término exacto, y si es que puede emplearlo un demócrata. No en una aristocracia basada en el rango y la influencia, sino en la de las personas solícitas, discretas y valientes. Los miembros de esta aristocracia se encuentran en todas las naciones, en el seno de todas las clases sociales y en todas las edades. Y hay una suerte de complicidad secreta entre ellos cuando se cruzan unos con otros. Representan a la única y verdadera tradición humana, la única victoria permanente de nuestra extraña raza sobre la crueldad y el caos.


Miles de ellos perecieron en la oscuridad, pocos son grandes hombres. Están a la escucha de los demás como de sí mismos, son atentos sin exagerar, y su valentía no es una pose sino más bien una aptitud para soportarlo todo. Y además..they can take a joke.. tienen sentido del humor"


Algo así escribió E.M. Forster y yo lo he venido a encontrar en la ultima novela de Anna Gavalda, El consuelo.
Y consuelo se encuentra en muchas partes, o en dos o tres.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Lavirgensanta, Carlos... Este post tuyo puede pasar a la historia bloggera por los siglos de los siglos. Curiosa aristocracia esta de la que hablas. Dan ganas de pertenecer a ella. En realidad, creo que raro es quien, en alguno u otro momento de su vida, no ha formado parte de ese grupo. Todo el mundo ha pasado por ocasión en la que ha tenido que sacar esa valentía de la que hablas mientras que, al mismo tiempo, ha debido velar por los que le rodean... alguna ocasión... No creo que eso sea difícil. Lo realmente duro es, como siempre, mantenerse en esa línea. Ya me dirás cómo lo haces.

PD: Quizá en el momento que tomaste esa foto sí que atravesábamos un momento aristocrático... Mira qué buen porte... y qué sonrisa. ¿Quién nos lo iba a decir, con la que teníamos encima cada uno de nosotros? jeje

Anónimo dijo...

Tiendo a pensar que no somos excepcionales, pero que podemos contarlo y que somos capaces de emocionar (en un sentido o en otro) cuando lo hacemos. Esa rareza nos separa del resto del mundo, para bien y para mal, nos acerca, nos agrupa, y a veces nos hace extraños compañeros de viaje.
Que este viaje nuestro dure mucho, que las fotos nos sirvan de espejo, y de pretexto.

chavela dijo...

Lagrimón...
lo oís? es un fado...
;) que nooo, que es la sintonía de Sex in the city...(esa serie que nunca entenderé...por qué os encanta?...no, en serio, POR QUÉ?)
Amigos, qué decir...que con vosotros, I belive. Y que no nos falte nunca el sentido del humor, aunque a veces, sobre todo cuando ya ninguna comedia romántica puede salvarnos y no hay zapatos lo suficientemente bonitos para sacarnos de la cama, nos riamos más por imitación que por voluntad. Quizás hay algo de eso: reirse cuando los otros se ríen, porque la risa de los que nos quieren es poderosa...aunque nos falte un trecho aún para podernos reír de nosotros mismos.
Y yo pues aquí, en la ciudad de la foto, adorándoos.

combatientes70 dijo...

que maravilla es compartir experiencias, sensibilidades... vida o vidas con los que te entienden y te sonríen cuando lo necesitas... pertenecer a una aristocracia te hace más tú y más de los demás... es todo... es no sentirte solo...

Anónimo dijo...

¿Chapito?
Qué gente tan guapa!...

Izaskun