martes, 18 de noviembre de 2008

Mojave


Mi sombra en el desierto de Mojave. (Siempre quise escribir esto) De regreso de Las Vegas, la ciudad más disparate del mundo, y que sólo puede existir en un país tan dado al exceso y sin complejos como Estados Unidos, tuvimos que parar para que el conductor y el copiloto durmieran un ratito la resaca de la noche de casinos en la que no gastamos ni un dolar. Yo, más fresco que una lechuga fresca e inmune al alcohol y al jet lag, me perdí por el desierto (Las Vegas es tan absurda que entre otras cosas está en medio del desierto, en medio de la nada) para sentirme pequeñito ante la inmensidad de esos parajes áridos e infinitos.
Qué conste que no me perdí mucho, siempre tenía de referencia la gasolinera y la estación de servicio en la que habíamos parado. No soy precisamente De la Cuadra Salcedo.

1 comentario:

Anthony dijo...

¿a qué es lindo este país?