lunes, 30 de marzo de 2009

Noches

El personaje de James Spader en la enloquecida y brillante serie Boston Legal sufre una clase de enfermedad o manía que le impide dormir bien, tiene terrores nocturnos. Un vértigo que le lleva a intentar el suicidio o cosas casi igual de disparatadas. Por eso contrata a su secretaria para que duerma con él, para que le cuide, para que le haga de guardiana. Le da un protocolo a seguir si le ve haciendo alguna tontería. Tiene que tranquilizarle de una determinada manera. Ella al principio flipa, claro, cree que lo que el abogado pretende simplemente es tirársela. Él insiste y al igual que es capaz de ganar todos los casos en la sala de los juzgados también consigue convencer a su secretaria. Ella pasa la primera noche en su cama, completamente vestida, hasta con un anorak y vigilando que el abogado no intenta nada con ella. Y así es, James Spader duerme como un corderito. A la noche siguiente, ella confiada se mete de nuevo en la cama con él. Y allí el abogado sonámbulo, tiene un episodio aterrador y ella literalmente le salva de que se arroje por la ventana. La secretaria se da cuenta de que el abogado no mentía y que realmente el miedo a la noche le lleva a hacer ese tipo de cosas. La chica horrorizada empieza a verle con otros ojos, ella siempre pensó que él era un sátiro sin más, y no, ahora se da cuenta de que hay un niño aterrado dentro de ese cínico. Pero la secretaria le dice que aunque le compadece no puede seguir acostándose con él, es demasiada responsabilidad.
En la novela que estoy leyendo una adolescente está viviendo sus últimos días de vida porque un cáncer la está devorando. Se enamora de su vecino y en un momento de impotencia el chico le grita: ¿Qué quieres de mí? Y ella le contesta: Quiero las noches.
Quiero dormir abrazada a ti, quiero que la noche no me atrape y que si me atrapa estés a mi lado.
¿Por qué me sentiré tan cercano a esos dos personajes en ciertas noches?
Sobre todo ahora que la cama es tan grande.

Tengo a Mazinger, eso sí.

3 comentarios:

Jaime dijo...

Tener a Mazinguer no es poco... Además, tú podrías tener a quien quisieras...

Un besito, J.

combatientes70 dijo...

me has emocionado... no sé que me has tocado que me estás haciendo llorar... soy muy melodramático... ya me contarás cual es esa novela...

jp3 dijo...

yo tengo que reconocer que desde que mi cama no está compartid, por muy cansado que esté, por muy bien que lo haya pasado, hay cierta zona junto a mi casa que intento evitar, pero es como si me llamase a gritos. si llego desde gran via ya llegando por plaza de españa me tienta. Esto no significa que haga algo, tengo que reconocer que sí que he caído en la tentación alguna vez, pero sí que busco un imposible, alguien con quien compartir complicidad, momentos, una noche y si es posible algo más, pero lo triste es que se queda en poco más que cuatro palabras, unos momentos de carnalidad y efímero placer. Lo triste es que encontrar un compañero se ha convertido en unas salpicaduras de fluidos que acaban, como esa busqueda, en el suelo. No es necesario tener algo tan dramático como una enfermedad, pero creo que somos muchos los que tenemos "19 días y 500 noches" malas.
decir las cosas sin que te vean la cara, madre mía, qué invento. uf.