lunes, 30 de noviembre de 2009

Desde el anonimato

Yo ya no podría vivir sin internet. Sin el ritual de entrar cada mañana en cuatro o cinco páginas, sin visitar los blogs de amigos, sin saludar al resto en Facebook. Tampoco podría escribir este blog. Y trabajo menos solo desde que existe la red, desde tu casa estás conectado con el mundo. Así que no seré yo el que reniegue de internet. Pero, siempre hay un pero, claro, hay un par de cosas de internet que no acabo de entender. Una de ellas es por qué internet ha de estar tan fuera de la ley. Es decir, ha costado mucho, sobre todo en este país, conseguir un estado de derecho, en el que todos los ciudadanos tenemos derechos y deberes. ¿Por qué internet parece sólo el lugar de los derechos (de algunos, sobre todo) y de ningún deber? La piratería campa a sus anchas (no voy a entrar en ese debate, que tantos ánimos enciende y que otros tan bien han explicado) y sobre todo, y esto es de lo que quiero hablar, campan a sus anchas el insulto y las injurias desde el anonimato. Ponerle coto a esto último no es atentar contra la libertad de expresión, es simplemente aceptar unas reglas de juego. Cuando alguien manda a un periódico una carta al director para protestar u opinar sobre lo que le dé la gana ha de aceptar unas reglas. Tiene que identificarse, mandar una fotocopia de su DNI y luego un comité, o una persona encargada, decide si esa carta es publicable o no. Yo ya no estoy sugiriendo que alguien filtre las opiniones, pero sí que la gente que opina se identifique. Seguro que sólo con esa medida conseguíamos rebajar el nivel de bilis y mala leche general. Los insultos casi nunca aportan nada, sólo generan mal rollo.

A mí nunca me han gustado los típicos bares españoles, en general están cargados de humo, son bastante horteras y huele a café con leche (nunca he soportado el olor a café con leche, qué le vamos a hacer). Pero sobre todo abundan las opiniones a granel y a voz en grito. Todos los parroquianos saben perfectamente cómo deberían jugar los de tal o cual equipo, imbéciles todos a su parecer, que el entrenador es más imbécil todavía por no sacar a tal o a cual al campo,y todos tienen una solución para arreglar la crisis, porque esta panda de mangantes que nos gobierna son unos hijos de puta, y por supuesto muchos se cargarían a tal o cual individuo que sin duda es culpable de asesinato y de violación.

Odio a los sabios de barra. Porque opinan desde la simpleza más absoluta y desde el insulto. Y siempre tienen razón.

Eso en internet se ha extendido hasta la saciedad. Es fácil evitar entrar en un bar para no oler a café con leche, pero es más dificil leer una noticia de cualquier periódico en la red y no toparse con cuarenta comentarios de los cuales treinta son insultos de barra de bar. Una lástima.

Sobre todo cuando ocurre lo de este pobre hombre que ha sido juzgado y condenado por casi toda la opinión pública. "Asesino, mereces una muerte dolorosa, que te violen como tú violaste a esa niña... " Eso es lo menos fuerte que hemos tenido que leer en internet. Yo me he librado de escucharlo en bares porque no voy, ya digo. Pero no en internet, claro. A ese pobre hombre, que bastante infierno habrá pasado al tener que enterrar a la hija de su pareja, le han destrozado la vida, el médico que decidió abrir un informe de malos tratos de ciencia ficción, y también aquellos que desde el anonimato lo mejor que le han deseado ha sido una muerte rápida.

Opina todo lo que quieras. Pero pon tu nombre y apellido, y tampoco estaría mal una foto de carnet. Algo tan sencillo limpiaría el ambiente de malos humos. Y en la red olería menos a café con leche.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Funeral

El padre de Guille le enseñó a Guille este vídeo y él me lo ha enseñado a mí. Es una campaña de publicidad que lanzó en Singapur el Ministerio para el Desarrollo Comunitario, Juventud y Deporte (nombre largo donde los haya) en favor de la familia.
A mí me parece sublime. En tres minutos consigue hacerte empatizar con la protagonista, te emociona y tienes que hacer esfuerzos para no reprimir una lagrimilla. Contada con humor, desparpajo, y mucha emoción (un coctel que mezclado con talento siempre funciona) me parece un ejercicio narrativo impresionante.
La publicidad una vez más nos lleva la delantera. Algunos al verlo seguro que pensáis que es facilón y melodramático y un cúmulo de tópicos. No diré que no. Pero funciona. Yo, que ahora estoy buscando una vez más esa piedra filosofal, no puedo dejar de admirar que algunos lo logren en tres minutos.
Llamadme ñoño si queréis. Pero no dejéis de verlo. Va.

http://www.youtube.com/watch?v=v7JCQ-VBgDk

lunes, 23 de noviembre de 2009

El 2 de Mayo


Uno de los secretos del éxito de una serie es crear un universo al que a los espectadores les guste asomarse una vez por semana. Si consigues que el espectador quiera vivir allí, aunque sea esa hora y que además sienta como parte de la familia o como a amigos a los protagonistas, estarás cerca de tener una serie que funcione.

Una de las asignaturas pendientes de las series españolas es la mitificación de lugares concretos. Eso los americanos lo saben hacer de maravilla. Ellos se han inventado un Nueva York en sus series y sus películas en el que a todos nos gustaría vivir (luego la realidad es otra cosa) y también han mitificado la costa californiana. Es verdad que Nueva York es impresionante, y también toda California. Pero no deberíamos tener complejos con nuestra geografía y ciudades. A veces los productores españoles quieren huir de los lugares concretos, de los localismos, porque creen que eso alejará a los espectadores que no son de allí. Yo pienso exactamente lo contrario. Creo que ya empieza a ser hora de reivindicar una ficción con nombres reales, aunque por supuesto siempre en otoño, es decir, mitificándolos, recreándolos, imaginándolos siempre bonitos. Malasaña puede ser muy cutre. ¿Pero a que en estas fotos no lo parece?

Si consigo llenarla de personajes y de historias interesantes, tal vez podría ser el decorado de una serie. O tal vez no, claro. Me estoy dejando llevar por el otoño...

Locales


En Malsaña cada vez se abren más locales con un look neoyorkino o londinense. Algunos dicen que el barrio se está volviendo pijo. Yo estoy encantado. Siempre me han gustado los sitios bonitos. ¿Por qué comer o tomar un café en un sitio cutre si lo puedes hacer en uno agradable?

Comida italiana para llevar...


...servida con amor. O eso dicen.
Malasaña está plagada de restaurantes, pequeños, modernos, agradables y algunos directamente son sólo de comida para llevar. Este italiano, que se está expandiendo por este y otros barrios, sirve una pasta riquísima.

Color en Malasaña














No sólo de otoño vive Malasaña.

Más otoño


Estoy en plena ebullición creativa, buscando debajo de las piedras, empapándome de todo lo que veo, entrando en fase autista, de repente me despisto de cualquier conversación y penetro sin querer en alguno de los universos que empiezan a germinar en mi cabeza. El amarillo del otoño, la luz y el color de Malasaña me llevan a dar vueltas a una idea que se me escapa, que está cerca, que intento atrapar, pero se escurre. Empiezo a intuir el tono, el ambiente, y también surgen los primeros acordes, apuntes de personajes, pero luego de nuevo se diluye... El proceso de creación, qué cosa más extraña. Y apasionante.

Otoño en Malasaña

Ayer domingo, después de dar una vueltecilla en mi coche (aún voy acojonado, pero cada día más suelto), me dediqué a atrapar el amarillo otoñal, siempre efímero, por las calles de mi barrio.

martes, 17 de noviembre de 2009

ALAKRANA

Llevábamos 47 días deseando leer estas palabras: El Alakrana navega ya en aguas seguras.
Aguas seguras.
Preguntada una de las esposas de los secuestrados sobre cómo se sentía y qué le iba a decir a su marido al verlo, contestó:
"Lo voy a comer a besos. Las palabras sobran"

Aguas seguras y las palabras sobran. Algunos serán comidos a besos.

A veces da gusto leer las noticias.

Vinagre y rosas

Llevo un mes esperándolo y ya está aquí. Vinagre y rosas. Lo último de Sabina.
Y la espera ha merecido la pena, porque aunque su voz esté cada vez más cascada, nunca fue una gran voz de todas las maneras, sigue escribiendo cosas como esta:

"Mi manera de comprometerme fue darme a la fuga"

"Se anuncia entre los dos tiempo inestable
asoman a tus ojos la tormentas
por la noche es probable que el viento sea variable,
que me quieras y luego te arrepientas"

"Lo malo del después son los despojos
que embalsaman los pajaros del sueño
los móviles que insultan con los ojos
el sístole sin diástole ni dueño"

Hay más. Pero mejor lo descubrís vosotros.
Ah, ¿cómo no adorarlo?

lunes, 16 de noviembre de 2009

Loctite

La sangre no llegó al río. El loctite con amor lo pega todo. Y hablando se entiende la gente, ya lo decía Jesús Vázquez en los 90. Vuelvo a la empresa. Me quieren y hoy lo han demostrado. ¡Y me he comprado un coche! ¡Yo! Anthony, no sé si hasta Barcelona, pero hasta Toledo seguro que te llevo. Guille, sólo tú podías aguantar esas horas en el IFEMA, eligiendo entre miles de coches, escuchando mis dudas, animándote y riéndote de mis temores. Sin ti, no sé yo si hubiera podido decidirme. Lo sabes.

jueves, 12 de noviembre de 2009

Cuore

Ayer fui a comprar el periódico como todos los días y la kioskera me dice:" ¿Sabes que sales en el Qué me dices?" Y una clienta la corrige: "No es en el Qué me dices, es en el Cuore" Yo sonrío y asiento: sí, lo sé, lo sé. Gracias. Y la kioskera continúa: A mí es que me lo dijo Chelo, "mira, aquí está el chico de Mazinger" Me conocen por mi perro.
Por cierto, a mí me alertó que salía en Cuore, Natalia, la dueña de la perra Ina. Me mandó un mensaje: Sales guapísimo en Cuore. Yo flipé, claro y corriendo fui a comprarla. Y era verdad, salía guapo y a toda página, de partenaire de Alejandro. Y ni nos ponían mal ni nada. Se lo conté a todos. Entre otras cosas porque salía bien, y encima tuve la suerte de que me sacaran esa foto uno de esos días en los que además iba bien vestido, raro en mí. Y la mar de conjuntado. Como fue justo el día que me iba a Barcelona a por el Ondas, se lo dije a Reyes, la productora ejecutiva. Y ella no sólo compró el Cuore, sino que también recortó la página y la guardó en el bolso. Cuando llegué al Liceo, con el tiempo justo, porque tuve que plancharle la camisa a Javi Calvo (Fer) y esperar a que el pobre Maxi (Cabano), subiera con unos alfileres el bajo de sus pantalones (el glamour de las estrellas...), vi que Reyes le estaba enseñando la foto a media platea cual tía o mamá orgullosa.
La foto dio para hacer unas risas.
Esta semana los del Cuore también me han sacado, y recogiendo el Ondas, curiosamente. Y esta vez hasta ponen mi nombre, algo que no conseguí que dijeran en la gala, porque al parecer ni a la productora ni a la cadena se les había ocurrido darlo, al fin y al cabo sólo soy el creador de la serie, qué podía importar.
Si ya antes me reía con el Cuore, ahora soy fan. Eso sí es periodismo de investigación: Supieron averiguar mi nombre a pesar de que los demás lo omitieran.

Decepción

Me aburren las personas que siempre le echan la culpa a los otros de lo poco que las quieren, o de lo mucho que las querían y luego nada de nada. Los que siempre se sienten decepcionados, porque piensan que se lo merecen todo, o de los que se sienten defraudados porque de todo lo prometido la mitad o nada de nada. Siempre pienso, ¿tan estupendos se ven, tan bien lo han hecho como para ahora lamentar no recibir lo que esperaban?
Pues bien, como a todo cerdo le llega su San Martín ( y sobre todo ahora en noviembre) yo me uno ahora a las filas de los decepcionados.
Y no estoy hablando de amor. Sólo de trabajo.
Tengo la sensación, casi la certeza, de que el lunes empiezo de cero. Con otra gente, en otro lado, para recuperar la ilusión. ¿Por qué seré tan sentimental, por qué sentiré que cuando algo se rompe ya no sé cómo pegarlo?

martes, 3 de noviembre de 2009

Aprendizaje


La madre de Guille había encendido una vela blanca, mis amigos me animaban y me daban consejos y ánimos. Y todos, todos, compartían conmigo sus suspensos: "Yo aprobé a la tercera, yo a la segunda, yo a la sexta..." Pero a cada nuevo suspenso yo me iba desanimando más y viéndolo cada vez más difícil. Y más lejana la posibilidad de aprobar. Si no tiré la toalla fue sin duda gracias a Mario, mi profesor. Él ha tenido la mayor paciencia del mundo, y siempre sabía cómo animarme, alentarme, como convencerme para que siguiera. Mario ayer se superó así mismo, y para convencerme de que pusiera la quinta me dijo: ¿Qué, y esa gran olvidada qué? ¿no la vas a poner nunca? Pobre marcha... " Y yo le contesté: "Está olvidada porque no sirve de mucho, no es muy útil, se puede vivir sin ella" Y entonces, él, rápido e inteligente como es, replicó: ¿Y la belleza qué? ¿Acaso es útil la belleza? ¿puedes vivir sin belleza?" Y ahí me ganó. Desde ayer, la quinta marcha es la marcha de la belleza.

Os parecerá una tontería, pero que un profesor sepa hablarle a cada alumno de manera diferente y tenga la clave para acceder a él, eso es impagable. Y os puedo asegurar que tal como está el mundo de la enseñanza y sobre todo de la enseñanza de la conducción, topar con Mario ha sido un lujo. Un verdadero lujo. Yo con otro profesor, lo sé, hubiera tirado la toalla, porque no soporto a la gente maleducada, ya tengo una edad, ni que me hablen como si fuera estúpido, o que me espoleen como a un chaval de dieciocho años, lo siento, pero ya no sirvo para eso. Salto, estallo, no aprendo. Y Mario desde el principio supo verlo y adaptarse a mi manera de ser, para que yo no lo mandara todo a la mierda. Eso es un profesor.

En estos cientos de horas de clase juntos en el coche, no han sido 5 horas con Mario, como en la obra de teatro, han sido al menos 150 horas con Mario, hemos vivido todo tipo de momentos, él sabe de mi vida, yo sé de la suya, me ha aconsejado sobre la conducción, y sobre muchas otras cosas. Y yo creo que él también habrá aprendido alguna cosa de mí. Espero, al menos. Las veces que creía que no podía aprobar pensaba, bueno, al menos he conocido a Mario. Sólo por eso ha merecido la pena. Sólo por compartir su entusiasmo por la vida, su manera de enfrentarse a los problemas, sólo por eso ya ha valido la pena. Y se lo decía a él y me contestaba, "eso son chorradas, macho, tú tienes que aprobar y ya está"

En uno de esos días que yo estaba desanimado, le dije, "Si es que soy muy torpe, Mario" y él me contestó: "No eres torpe, lo que pasa que tienes miedo y tienes 37 años" Y entonces yo le miré y le dije: "Casi prefería ser torpe, la verdad". Y ahí los dos estallamos a reir.

Podría estar contando anécdotas de estas sin parar. Pero no voy a aburriros. Mis amigos más cercanos saben lo que he sufrido y que ha habido momentos muy duros. Una cosa tan tonta como el carnet de conducir casi puede conmigo. Pero como decía Mario, "es que no se trata sólo del carnet, te estás probando a ti mismo y cada suspenso es una derrota y cada vez que lo haces mal te estás juzgando muy duramente. Esa es la dureza del aprendizaje. Porque es un lucha constante con tu autoestima" Y sí, así es. El aprendizaje es duro, y sobre todo a ciertas edades y sobre todo cuando estás acostumbrado a aprenderlo todo rápido y sin demasiado esfuerzo.

Esta L me ha costado sudor y casi casi lágrimas. Por eso ahora la disfruto tanto.

Esta temporada que he me he enganchado a Fama, de repente entendía perfectamente a los alumnos, cuando se venían abajo, y cuando los profesores les decían: confianza, es cuestión de confianza. Humildad y confianza. Mario me decía exactamente lo mismo. Porque cada vez que te caes, que te desanimas, qué duro es levantarse. Pero no queda otra y hay que hacerlo. Con humildad y recuperando la confianza. Casi nada.

Sé que ahora empieza lo duro. Es decir, atreverme a conducir sin un profesor al lado. Pero lo bueno de haber aprobado a la cuarta y lo bueno de llevar tantas horas de prácticas, es que ahora, sé conducir. ¡Y que voy a estar una semana celebrándolo!

Estoy por hacerme una camiseta con esa L.