
Esta tarde, si nada se tuerce, haremos la mezcla final del corto y con un poco de suerte en dos o tres días tendré ya en mis manos la copia definitiva. En este año que está siendo tan raro para mí, donde empiezo mil proyectos que se van frustrando, (cruzo los dedos para que no se frustre el último en el que estoy trabajando), he tenido al menos la insensatez de haber hecho el corto. No sé cuánto gustará, si mucho, si poco, si nada. A mí me gusta, aunque si lo rodara hoy otra vez lo haría mucho mejor. Pero estoy muy orgulloso de haberlo realizado, de algunas decisiones que tomé y de la gente del equipo de la que Miguel me rodeó. Y de haber llegado al final, sobre todo ya digo, en una época en la que me estoy quedando con todo lo demás a medias.
Así que pronto os pasaré un link donde lo podréis ver, y a lo mejor también hago un mini estreno para que los que quieran puedan venir a celebrarlo con el equipo.
Hay proyectos que nacen de sitios muy raros. El guión nació de un atracón que me di leyendo la tercera entrega de Millenium, y el corto arrancó una tarde en la que le dije a Yolanda y a Eva, las mejores directoras de casting que me he podido encontrar, que tenía por ahí un guión y que si conseguía a los actores adecuados me lanzaba a dirigirlo. Eva y Yolanda lo leyeron, les entusiasmó (ellas siempre tan entusiastas) y a la semana me dijeron: Oye, que Mario Casas quiere hacerlo. Y luego apareció Cristian (en la foto) y luego Alex.
Así que con ese "Mario Casas quiere hacerlo", me lancé a la piscina. Para eso conté con la ayuda inestimable de Miguel. Le dije, si tú me haces la dirección de producción, lo organizas todo y tiras de mí hasta el final, lo hago. Y ha tirado de mí hasta el final.
Hoy es el final.