viernes, 3 de septiembre de 2010

Contra el viento del norte

A veces ocurre. A veces llega septiembre de una manera rotunda, precisa, perfecta, como de libro. La temperatura baja de repente 10 grados y las calles se llenan de toda esa gente que faltaba en agosto, y de nuevo los chavales entrando en clase, los coches aullando impacientes con sus pitidos y frenazos, y aunque ya no estreno libros de texto aún me parece oler esa novedad de tinta recién impresa en cada novela que abro, y eso que ninguna huele como olían los libros que recién comprábamos en septiembre una semana antes de empezar las clases. Entonces había que disimular las ganas de arrancar el curso. Estaba mal visto, pero casi todos nos moríamos de ganas de acabar con ese verano eterno y ya a final de agosto soporífero.
Ayer abrí una novela que Jesús me había recomendado a principios de verano, pero ha tenido que llegar septiembre para que yo me topara con ella en La casa del libro. Contra el viento del norte, así se titula, y el autor es un alemán que desconocía, Daniel Glattauer, y que desde ya lo subo a los altares donde también tengo a Julian Barnes, Martin Amis, Irving... y un centenar más.
Cito a Barnes porque desde su Hablando del asunto y la segunda parte, Amor, etcétera, no me había sentido tan impresionado, tan identificado con una historia de amor y de seducción. Contra el viento es incisiva, divertida, actual e inteligente hasta unos niveles dificiles de superar.
Es una novela epistolar moderna, un cruce de mails de dos desconocidos que a base de réplicas divertidas e inteligentes poco a poco se van enamorando. Y en la historia cabe el torbellino, los celos, la seducción más erótica, y también caben todos los estados de ánimo posibles entre dos desconocidos que nunca se encuentran. Sólo se imaginan y se desean.
Es magnífica. Es trepidante. Es un placer. Es una lectura perfecta para este septiembre que ha arrancado tan otoñal y preciso.

3 comentarios:

Jesús dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Anónimo dijo...

yo nunca tuve el menor deseo d empezar el curso. q clase d horrible persona eres?

Aarón Navia dijo...

Qué ganas me han entrado de leermelo!
En cuanto acabe con Bolaño (creo que en todos los sentidos) voy a por ella!