lunes, 11 de enero de 2010

Retrato


Al igual que cuando uno escribe de repente se encuentra cosas por el camino que no esperaba, mucho más interesantes que su idea inicial, cuando se sacan fotos pasa algo parecido. Yo me dirigía a la azotea de mi edificio con Mazinger para que el disfrutara un poco más del manto nevado y virgen por el que todavía nadie había pisado, y de paso sacarle unas cuantas fotos, cuando por las escaleras vi una luz estupenda y capturé esta imagen.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Ay, madre! Que parece que está disecado...

Anónimo dijo...

Pero qué cosa más achuchable! sale como mitad perro mitad cordero! :)
Susana