viernes, 31 de diciembre de 2010

2011

Tres horas de reunión. Una decisión: Seguir adelante, claro. Dos cañas. Dos amigos y una cena. Tres copas. Una noche durmiendo con el colchón en el suelo. Una rescaca graciosa y eufórica. Una espalda sin dolor.
Así acaba el año.
No quiero hacer recuento. Pero lo hago:
Un corto. Que sólo me ha dado cosas buenas.
Unas idas y venidas contigo. Y ahora estás, qué alegría.
Dos o tres proyectos que no salen. Lástima.
Otro que al final sale, no era el soñado, pero se hará lo imposible. Hay que crecerse ante los obstáculos.
Unas cuantas noches de juerga.
Muchas más noches tirado en el sofa.
Mazinger, claro.
¿Y qué más?
Unas cuantas novelas, unas cuantas películas, unas cuantas series.
Algún enfado. Algún arrepentimiento. Alguna aventura.
Una o dos dietas. Cuatro o cinco atracones.
Y el propósito de que en el año que empieza no todo gire en torno al trabajo.
A ver cómo sale.
Feliz 2011. Claro.

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