Mientras Rouco condena los "autobuses laicos", Ratzinger perdona a un obispo que niega el holocausto.
Y la vida sigue.
Y yo paseo al perro.
Esta mañana en la plaza del dos de mayo, dos niños sudamericanos esperaban para entrar al colegio. La niña llevaba una flauta y el niño también. La niña ufana y orgullosa quiso presumir de tocar perfectamente una canción. Y tocó de manera torpe la melodía infantil Debajo un botón, ton, ton. ¿A qué no la sabes? Le preguntó a su amigo. Y este le contestó. ¿Y tú te sabes la de Star Wars? La niña le miró sin entender: ¿Cuál? Y le niño como si nada, quitándose toda la importancia del mundo, entonó una magnífica versión a flauta del tema principal de Star Wars.
Ah, la vida, sin holocaustos ni iglesias.
martes, 27 de enero de 2009
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