Felicidad estática. Ese es uno de los títulos que desde hace tiempo pienso como posibilidad para una novela o una colección de cuentos. El otro día me acordé de él y se me ocurrió escribir un relato basado sólo en el diálogo y a modo de prólogo por si un día me atreviera a llevar a cabo lo de la novela o los cuentos. En el prólogo-cuento me río un poco de mí, un poco bastante, y del título en sí mismo. A ver qué os parece:
-Felicidad estática
-¿Felicidad estática? ¿Quieres que el programa se titule felicidad estática? Estás de coña.
-¿Por qué?
-¿Cómo que por qué? ¿Que significa la felicidad estática?
-Pues…
-No, no me lo expliques que eres capaz. ¿Quieres poner al presentador dando un discursito sobre la felicidad esa nada más empezar? Coño, eso pa un programa pa la dos, a lo mejor. ¡Pero esto es pa una privada!
-Pues nada, lo llamamos Busco novia y después todos nos llevamos las manos a la cabeza cuando no pasemos del 9 por ciento.
-No me toques los cojones, Velasco. Que un título nunca ha significado nada.
-¿Entonces por qué no me das el gusto y me dejas que se llame como me de la gana?
-Porque yo a ti ya te pago una pasta. Y con esa pasta te das los gustos que quieras. Pero el programa por mis cojones que no se va a llamar Felicidad estática. Del creador de Butaca líquida, que tampoco pasó del 11 por si alguien se ha olvidado, llega Felicidad estática. Que gusto por las esdrújulas, coño.
-¿Ni siquiera sientes la más minima curiosidad de por qué ese título?
-Velasco, yo perdí la curiosidad el día que vi a mi santa en bolas. Ahí se acabó todo. Curiosidad desde entonces la justita. Cero.
-¿Sabes lo que es la electricidad estática?
-No, si hasta que no lo cuentes no vas a parar. Venga, pues nos sentamos todos, nos lo explicas y luego ya te decimos que no, pero al menos así te quedas a gusto. De verdad, yo no sé por qué te consentimos tanta tontería. Hala, ilústranos con tu definición de la electricidad estática. Y luego ya hacemos la regla de tres y la aplicamos a la felicidad, como si lo viera. Porque yo me llevaré la fama de simple, pero tú, con la pasta que te pagamos…
-La pasta, la pasta… Si tal me bajas el sueldo…
-No me tientes… Venga, la felicidad esa de marras, cuanto antes empieces antes te podremos decir que no.
- Si quieres no lo explico.
-Sí, eso, ahora enfurrúñate, y luego me pillas la tarjeta de crédito. Que mujer ya tengo una, Velasco. Y con verla tres horitas por la noche, de sobra.
-La electricidad estática…
-Caballeros abróchense los cinturones que va…
-¿Me dejas?
-Dale, dale… Que estamos en ascuas…
-La electricidad estática es un fenómeno que se debe a una acumulación de cargas eléctricas en un objeto. Esta acumulación puede dar lugar a una descarga eléctrica cuando dicho objeto se pone en contacto con otro. O para entendernos, se trata de esa fuerza que hace crepitar un jersey al quitárnoslo, te pone los pelos de punta al pasar cerca de un televisor, o hace que un globo se quede pegado al techo si lo frotamos… Ocurre en un segundo, y es inesperado, imprevisible.
-Como la felicidad, ¿a que sí?
-De verdad, sabes cómo quitarle la alegría a cualquiera…
-¿La alegría… estática? ¿O de eso no hay?
-Bueno, hala, vamos a dejarlo, que el puto programa se llame como queráis. Busco novio, busco pareja o que bien nos lo vamos a pasar los jueves por la noche. Fin de la historia. Recojo mis cosas y hasta luego.
-Venga, Velasco, no te nos pongas digno. El título no funciona. Si eso déjalo pa tu primera novela. Que seguro que a los críticos o a los que leen libros les encanta la metáfora… Yo si quieres te compro 10 ejemplares de felicidad estática. Pa mi santa. Que esa otra cosa no, pero leer, hasta las mil. El título le va a encantar. Sobre todo si en un prologuillo se lo explicas.
miércoles, 11 de febrero de 2009
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1 comentario:
Sigue con estos cuentos... sigue y no pares... me encantan... un beso...
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