Un hombre vivo y enterrado en un ataúd. Un teléfono móvil. Un lápiz. Un mechero zippo. Una petaca. Una linterna.
Con sólo esos elementos está construida Buried (Enterrado), una de las películas del año.
Es una lección de cine. Es una maravilla.
Angustia, miedo, claustrofobia, emoción, acción, crítica política, y la construcción asombrosa de un personaje con el que empatizas desde el minuto uno.
Todo eso cabe en un ataúd de madera enterrado en medio del desierto.
No os la perdáis.
sábado, 2 de octubre de 2010
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1 comentario:
Maravilloso, permíteme un apunte que creo que no se puede dejar pasar: el humor. Cómo Cortés usa secuencias kafkianas para, sin romper la tensión, permitir al espectador respirar es magistral.
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