martes, 26 de mayo de 2009

Spotify

Gracias a Jesús he descubierto el Spotify, un programa estupendo que viene a ser como una radio a la carta. Toda la música del mundo a tu alcance. Además es legal porque la música la puedes escuchar pero no la puedes descargar. O sea como en una radio. Y al igual que hizo Jesús, a mí también en los dos primeros días me dio por la nostalgia, así volví a escuchar canciones estupendas de Ana Belén en Río, alguna de Mocedades… alguna de Serrat (sí, todos tenemos un pasado) Qué extraño que algo tan moderno como el Spotify (hasta el nombre suena moderno) sirva para recuperar el pasado. Gracias al spoti (así en diminutivo porque ya es de la familia) mi casa se llenó de la alegría y las voces del pasado. De ahí venimos, qué bien recordarlo a veces.
Jesús, Salud, Joaquín, Chavela y yo, ya habíamos recuperado ese pasado en alguna de nuestras cenas de ensaladas, queso, jamón, marihuana y whisky (ahora nos hemos pasado a la ginebra) Me acuerdo de una en concreto donde en plena euforia etílica nos dio por cantar casi todo el repertorio de Mocedades y decidimos hacer un musical con todo eso. Qué divertido fue inventarse una trama disparatada que sirviera de hilo conductor desde Secretaria, secretaria, al Ay, amor, pasando por Y los muchachos del barrio la llamaban loca.
Ayer también cenamos los mismos y tres más y volvimos a recordar nuestro pasado musical, porque entre otras cosas les conté uno de los proyectos disparatados con los que me están asediando desde todos lados ahora que saben que me voy. Me proponen un musical para aprovechar el tirón de Física o química, que no pienso escribir, entre otras cosas porque yo sólo puedo pensar en musicales cuando la vida es lo más parecido a un musical, es decir, cuando estoy entre risas con mis amigos, sentados a una buena mesa, con un vino rico y delirando gracias al alcohol. Sólo en momentos así uno se puede arrancar a cantar.
Y ayer les contaba el proyecto del musical y la idea que me había dado Agustín el día antes, que entusiasmado ante la locura de la propuesta me animaba a que la hiciera. El argumento es muy fácil, me decía: Tú sólo tienes que hacer que los chavales protagonistas se encuentren a Nacho Cano y no le reconozcan. Este se enfada porque no se puede creer que ya no sea famoso y les canta una canción de Mecano para demostrarles quién es. Pero los chavales, nada, ni les suena. Nacho Cano no se lo cree y les canta otra. Y los chavales tampoco, ni idea. Y así hasta 20 canciones. Y ahí ya tienes el musical, me dice Agustín. Y yo para ponerle un final grandioso le digo, y como última canción y harto ya de no ser nadie para las nuevas generaciones, Nacho Cano les canta una de Nena Daconte y ahí todos los chavales gritan al unísono, esa sí, esa sí la conocemos.

Ante el disparate, sólo un disparate mayor. Y ante los días grises, sólo el musical de una cena con amigos. Y ante los piratas de Internet, el spoty. Yeah.

1 comentario:

combatientes70 dijo...

Regreso al futuro eso es el spotify. Tal vez tb sea una buena idea para tu musical... unos chavales que descubren la música del pasado gracias al spotify... por cierto te recomiendo (aunque el guión es a veces muy endeble) Radio encubierta (the boat that rocked) tiene una metáfora maravillosa sobre la vida y la música y la selección musical es de escándalo... y los actores tb... esa película es como hacerte en el cine una sesión con el spotify.